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Los reguladores de carga regulan la corriente que absorben las baterías y monitorizar constantemente su tensión, para evitar que se produzcan sobrecargas.
En la actualidad las dos tecnologías más utilizadas son las basadas en algoritmos PWM (modulación de anchura de pulsos) y MPPT (seguimiento del punto de máxima potencia)
En los reguladores PWM la variación gradual de la corriente de carga, función de las condiciones de la batería y sus necesidades de recarga, se realiza mediante la variación de la anchura del ciclo de trabajo de sus transistores de conmutación, a frecuencia constantes. En estos dispositivos la tensión de trabajo es la de la batería y la corriente entregada, la correspondiente a esta tensión en la curva característica del módulo o asociación de módulos, a una radiación determinada.
Los reguladores MPPT utilizan un convertidor contínua-contínua y un micro-procesador que calcula el ciclo de trabajo más adecuado, con objeto de obtener la máxima potencia disponible del generador fotovoltaico.
Estos reguladores abandonan el algoritmos MPPT una vez la tensión de la batería alcanza el nivel de gaseo.
Este tipo de control de carga es mucho más eficiente, especialmente en estados de baja carga de la batería y a bajas temperaturas ambientales.